Soneto al anillo sin razón

Mi tiempo se detuvo en tu mirada,
pero no los amargos tragos salinos
al saber tu vuelta a los viejos caminos,
Entonces me quedé apretando la nada.
Es de cobarde sumirse en llanto quedo
sin asumir la realidad del destino,
yo te consideraba como algo divino
es la razón de este anillo en mi dedo.
En mí rezonga un corazón herido
mi lágrima cae a causa de mentira,
mi cuerpo soñoliento abrazo aspira
para aplacar el trauma dolorido.
Amor, ya te lloré hasta el cansancio,
el de la hoz se me acerca oliendo a rancio.
Autor: Alcibíades Noceda Medina