Apareció su rostro,
con áridas trenzas,
de viento sin color,
era la roca,y tu sonrisa opaca.
El ángel de las soledades,
repartió su entrega ,
de catctus y su música macabra,
aullido de la tierra y humo.
El manto del desierto tembloroso,
primo hermano del viento fuerte,
interminable lamento,
de manecillas enloquecidas.
Allí por los cactus grises,
de alba polvorienta,
se levantó el ladrido insomne.
de la noche del rostro seco.
Y los templos de polvo milenario,
desfiló con desesperanza,
dando tumbos de monte en monte,
del cielo al suelo.
Huracán exhausto agotado,
tendido y doblegado a los pies
de otra estación.
Copyright 2007
3/16/07
AUTOR :SAGiTARIA DEL MAR
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