Mientras te miro, me siento,
El hombre más feliz del mundo.
Un mundo, que gracias a tu amor,
Sé a convertido para mí,
En un maravilloso edén.
Jamás pensé que pudiese existir,
Un amor tan profundo,
Es por ello, que te quiero,
Y siempre amor te querré.
Ríes y es tú boca,
Una suave flor de jazmín,
Quisiera tener yo siempre,
Esta flor en mi jardín.
Me miras y callas,
Luego sonríes un momento,
Esperando tal vez, que aprenda,
A leer tus pensamientos.
Habría llegado a quererte tanto,
Si en esos momentos,
No hubieses callado.
Ahora comprendo cuanta felicidad,
Encontré a tú lado,
Hablándote, escuchándote,
Callando contigo.
Queriéndote cada minuto,
Cada hora, día a día,
Cuanta verdad hay en tú alma,
Y cuantos sentimientos,
Que tus labios no decían.