"¡ESO ES AMOR!"
Era una rana
mezzosoprano
que por las noches,
cuando llovía,
muy atiplada
cantar solía
en las orillas
de un gran pantano
con su guitarra
destartalada
ya muy ajada
por el trajín,
o bien, a veces
enamorada,
se acompañaba
de su violín.
Aborrecía
la Primavera
y el crudo Invierno
no le agradaba.
Ella cantaba
mientras lloviera
pues de otra forma
se incomodaba.
Cuano el servicio
meteorológico
fuertes tormentas
pronosticaba,
nuestra ranita,
como era lógico,
salta que salta
se emocionaba.
Iba corriendo
por su instrumento
hacía gárgaras,
carraspeaba
y ya esperaba
sólo el momento
que tanto, tanto
la motivaba.
Con qué donaire
se revestía
con su blusita
verde acuarela
que unas motitas
blancas lucía
y una bufanda
gris de franela.
Siempre llevaba
tres instrumentos:
una guitarra
y un saxofón,
el violincillo
y los sentimientos
que nunca faltan
al corazón.
Hasta el pantano
que era su foro
se dirigía
sin dilación
y la esperaban
para hacer coro
múltiples sapos
y un camaleón.
Este era un viejo
bien arrastrado
que le encantaba
ser director,
mas, no por eso
maleducado
porque lo hacía
con mucho amor.
Aquella noche
cantó la rana
cuatro baladas
y un rock and roll,
cinco rancheras
y hasta una nana,
todas en tono
de fa bemol.
Nadie sabía
por qué cantaba,
por qué con tanta
dedicación.
Hay quienes dicen
que hasta lloraba
después de cada in-
terpretación.
Como la rana
muchos cantamos
sin que tengamos
una razón
o si es que existe
nos la guardamos
en el secreto
del corazón.
Lo mismo que ella
nos encaramos
frente a un pantano
de soledad;
bajo la lluvia
nos empapamos
ansiando siempre
la libertad.
También como ella
nos decoramos
fingiendo, alegres,
nuestro dolor
y si una lágrima
derramamos
mientras cantamos
¡ESO ES AMOR...!
Heriberto Bravo Bravo SS.CC (Derechos reservados)