Un velero cruzó tu hermética envoltura,
para que abrieras las alas
gaviota pequeña de alas doradas,
¡con duende de sal y ternura!.
Con la textura de la savia marinera
el marinero te invitó a soñar en sus aguas,
¡mil deseos por el aire y un suspiro!
para llevarte dulcemente a su cala.
Dibujó con su salitre un antojo
sabiendo que es tuyo el vaivén de sus olas,
ancló su mirada en tus ojos
¡para no dejarte nunca volar sola!.
¡Llegará la noche suspirada!,gaviota rauda,
sobre mareas de ansias adormecidas,
y entre besos y lunas,será su alma contigo,
una nana amanecida en la alborada. campanilla