SER AMIGOS

Hay afectos en mi ser que no he nombrado,
de amigos que fueron consecuentes,
porque a veces pareciera que lo claro
no merece un pedestal ni un homenaje.
Porque ser amigos, mis amigos, yo les digo
que no es ser un imponente acantilado
donde estallan las olas en festín sonoro,
tan pomposas y radiantes en su espuma.
Ni es abrazo con palmadas estridentes
acompañando los éxitos fugaces,
como fugaces se advierten sus presencias
y sonoros suelen ser sus abandonos.
Es más bien según lo veo, amigos míos,
haber permanecido a mi costado
cuando vino a tocarme el infortunio.
Es haber estado, silenciosos en la noche, mientras duermen los árboles su alivio y el frío del rocío impregna el alma,
andando por mi vida sin hacerme daño
y haciéndome sentir acompañado
aún en el tiempo y la distancia.
Y como nada ostentaron, no supieron
que yo pude... resguardar en su abrazo mis heridas.
A mis amigos Jorge del Cerro y Alcides Panario