Confuso ser

Hace mucho tiempo,
me vino a visitar
una persona extraña y confusa.
No me dijo su nombre,
ni quien le había enviado.
Simplemente dijo
que no era nadie,
pues no estaba del todo creado.
Me preguntó como era yo,
cómo creía que era para los demás.
Me pasaron por la cabeza
mil contestaciones y ninguna real,
ninguna me decía
quien era yo al final.
Se echó a reír fuertemente,
me miró y dijo:
"Ahora sabes porqué no estoy completo,
tú me intentas crear pero no sabes.
Soy tu personalidad, tus pensamientos,
creencias y confusos ideales."
Le observaba sin saber que mirar,
sin saber que decir,
todo parecía extraño,
¡era yo y no me reconocí!
"Criticas cosas que tú haces,
haces males que no quieres que te hagan,
confundes sentimientos
por no poner atención en ellos
y tienes la cabeza llena de sueños
que te impiden ver la realidad.
Por eso no tengo rostro,
mi cuerpo se difumina,
mi voz no tiene tono
y mi realidad es ficticia."
Calló por un momento
dejando un silencio helador.
Dos lágrimas, afiladas como cuchillos,
se deslizaron por mi rostro,
rajándome sin compasión.
"Ese es dolor del sufrimiento,
el cual tú has hecho sentir.
Viene bien padecerlo y sufrirlo
para que otros no lo vuelvan a vivir."
Cerré los ojos por un momento
y sequé mis lágrimas.
Cuando los abrí ya se había ido,
estaba solo como al principio.
Toqué el pañuelo y estaba seco,
¿habría sido todo un sueño?
Abrí el pañuelo,
esperanzado en encontrar lágrimas.
La esperanza se convirtió en sorpresa
al encontrar escritas unas palabras:
"La cobardía sólo sirve para seguir sufriendo
y, con el dichoso y agotador sufrimiento,
la vida parece más una pesadilla
que un feliz cuento."
No había sido un sueño,
había sido real.
Ahora sólo me queda ser valiente,
pedir perdón a los que no he ayudado
y a los que he dañado por no prestar atención.
Dar las gracias a los que me ayudaron
y tener siempre su amistad.
Quizás con el tiempo les pueda presentar
a ese que sufre por mi indecisión,
si consigo crearle.