Nacida entre las brumas de tu suelo,
al arrullo de los vientos ululantes,
esplendorosa y osada, elevas hacia el cielo
las crestas de tus torres fulgurantes
como vítreas agujas desafiantes
que burlan la blandura de tu suelo
con sus moles de cristal, impresionantes.
Inmensa, como un pulpo gigantesco,
con sierpes de concreto en tus calzadas,
extiendes por doquiera las frazadas
de asfalto con que has tapizado al valle
que otrora fuera lago principesco
y que ahora es edificio, y plaza, y calle.
Majestuosa, te yergues de la tierra,
convertida en mil jardines, fuentes, parques;
llegando hasta las faldas de la sierra
que, en vano, pretendiera refrenarte,
pues tu fuerza y crecimiento es imparable
en la dinámica expansión de tu baluarte.
Eres, México, "Ciudad de los Palacios",
la más bella de todas las capitales,
sin que exista entre los puntos cardinales
otra urbe en que armonicen los espacios
y edificios con tan singular belleza,
traducidos en majestad y grandeza.
Eres, México querido, en mi memoria
la ciudad en que habitan las maravillas;
en tu centro, tus calzadas, tus orillas,
en tu intrincada red de acero y de concreto,
para mí: motivo de orgullo y respeto,
para MEXICO, compendio de su gloria!-
Eduardo Ritter Bonilla.
10/Enero/1968