No todos languidecen de amor, ni todos andan
exhaustos, derrotados, abúlicos, rendidos.
Algunos sobre todos sus sentimientos mandan
y siguen caminando por más que estén heridos.
Son estos los que triunfan, los que su nave guían
con la destreza propia, con la seguridad
de los que no se rinden, de los que no se fían,
y nunca se doblegan ante la tempestad.
No todos andan tristes cuando el amor se marcha
ni viven deprimidos por un amor así.
También los pinos cobran su gracia con la escarcha
como la que yo cobro cuando te quiero a ti.
Alguna vez anduve desaliñado, triste
y muy desalentado, con ganas de morir.
No fue por culpa tuya, ni fue porque te fuiste,
tú sabes, amor mío, que yo no sé fingir.
Afortunadamente mi pena fue muy breve
y con el tiempo pude tu amor reconquistar.
No siempre nos mojamos las veces en que llueve
y si nos vamos siempre podemos regresar.
Yo soy de los que triunfan porque triunfé contigo,
porque te amaba tanto que nunca lo dudé
y te bendije siempre y ahora te bendigo.
Confiaba en tu regreso y no me equivoqué.
Heriberto Bravo Bravo SS.CC