Caminos insospechados
tiene el destino, en la vida;
por uno de esos caminos
y de un modo inesperado
fue que te hube encontrado
y de tí me he enamorado,
mujer divina y querida.
Para mi buena fortuna
y alivio a mi corazón
renació en mí la ilusión
cual tibio rayo de luna;
convirtiéndose en pasión
al descubrir en tu amor
que, como tú, no hay ninguna.
Hoy, que estamos tan unidos,
en un solo ser fundidos,
con un mismo corazón
latiendo sincronizado,
eres tú mi adoración,
mi tesoro más amado,
el ángel que había soñado
para mi consolación.-
Eduardo Ritter Bonilla.
Martes 16 de Marzo del 2010