Corazón grande alárgate en tu sexo.

Me pervertí en el secreto que nació en tus pupilas,
Y adiviné en tu rostro que no estabas complacida.
Pasión de quererte alárgate el tiempo erecto.
Corazón grande alárgate en su espíritu, sexo.
A ver si te descubro en la flor de tu pecho,
En el sol de sus ojos que me miran así mismo.
El tiene en sus caricias el gesto de tu abrazo,
y en sus palabras cuelgan rumores parecidos.
Al lenguaje que llevas en tu boca de agua,
Desde el más quieto charco al más fuerte risco.
Tú me besaste un día despertándome el alma;
También me ha besado con un beso tan límpido,
Que se allá en mi espíritu si posar extasiada
En el beso del hambre o en el beso del río.
¡Quién sabe si al vestirme con tu traje de carne!
y al sentirte enroscada a mi anhelo más intimo,
Surgiste a mi presencia en el río de sus ojos,
¡Para entregarte, humana, y sentirte más mía!
¡Quién sabe si al bajarte del lomo de la tierra!
Para besarte toda en un loco delirio,
Te humanizaste en su alma, y brotaste en corrientes
¡Que una a una en mi tierra de emoción hizo nido!
¡OH rival de mi río! ¿De dónde me llegaste?
¿En algún país remoto te bañaste conmigo?
Mientras en otra playa, con alguna doncella
Se entregaba en amores mi voluptuoso río
¿Me sorprendiste acaso en algún aguacero?
Violando claridades y callando suspiros,
Portavoz ambulante de una raza de agua
Que me subió a las venas en un beso del río
¡Río Grande tú lo fuiste contemplando!
Desde la carne al alma: ese fue mi delito.