Corazonada.

Debes saber que mis aperentes deseos traslucen
el abanico de inquietudes impermeables,
donde nada se debilita y a la vez se lucen
los infinitos sentimientos que viven palpables.
Y en cuanto a mi razón eterna de querdarme contigo
la opulencia del amor se mide con imprudencia,
logra la intrépida calidez de algún olvido
persiste sin temores, se allana de presencias.
Pero es tal vez la intangible corazonada
de encotrarte hoy en mi corazón atento
virtiendo mis deseos en cada una de tus miradas
suspirando en tu piel lo que me trae el viento.