Puedo comprender tus suspiros, tu mirada perdida, tus silencios, el mirar la luna como adicción perpetura, el guardar silencio, el permanecer pegado a la ventana sin querer soltarte. Eres un alma solitaria que se prenda de sus manos, que se sacia de recuerdos, que extraña la ausencia, lo que quizás pudo haber sido, que a todo le pone nombre, que no puede dormir. En la oscuridad notas que tienes sueños, que tienes ancias, que una fina gota cae de tus ojos, que golpeas tus ojos contra la noche, pero no viene nada, solo un susurro, después el arrullo y todo en paz