Te desnudas tan despacio
que el reloj
se me aparece
en la repentina
y majestuosa impiedad
de mis apuros.
Me abrazas y en tu piel
caliente,
deposito mi osadía y
los fantasmas procaces
de pasados y presentes.
Me aprietas tan
vehementemente,
que el suspiro se esfuma
y la luz
entre mi cuerpo y el tuyo
se apaga lentamente,
y no hay resquicio
en la fina amalgama
en que nos hemos quedado.
Y me haces el amor
de esa forma tan maravillosa,
que no encuentro palabras
para describirlo,
lenta y pausadamente,
con el gemido al tacto y
la respiración acelerada,
con mi afán, ya dentro tuyo,
y tu entrega aterciopelada.
Y en esa plácida desnudez
me murmuras,
el síntoma del amor
que ya está naciendo.
Nunca habÃa leeido algo que me calara tan hondo el alma,escribes muy bello,además me identifico mucho con tu poema SIGE ASI!!!!!!!!!!!!!!!!!!