Muere el cuerpo y la luz se apaga.
La muerte, es solo un paso a otra vída en la que ya no se sufre, ni llora.
pero llora el que aún se encuentra aquí.
pero piénso...
y se me aparece como un lienzo, que los recuerdos es lo que nunca muere y son los que debes tener y no perder.
Ahora me llega a la mente de un derepente, sus sonrisa, su risa y alegria.
Fué un hombre de provecho y dío buenos frutos. nunca falto nada en su casa ni a sus hijos,ni esposa.
Supo ser abuelo y bisabuelo aunque por poco tíempo.
pero dejo memorias escritas en tinta, que no son borrables y son penetrables.
cuando las veo mis recuerdos son claros y recuerdo cuando a su lado nos sentabamos, algunos cansados nos acostabamos, a oir sus historias y memorias.
El con su voz, fuerte como un roble y lleno de sabiduría, gozaba contando sus víajes y caserías.
sus cuentos que hasta la fecha son oídos y sus anécdotas de las que siempre sacabas enseñanzas.
Nos contaba de sus travesuras que eran todo una aventura. reía como un niño siendo ya un adulto, la alegría se contagiaba.
tenía espíritu llanero.
se crío en las haciendas, junto con el olor de la cocina y los sonidos de la naturaleza.
crecio como un roble que aparentaba que nunca íba a caer.
pero hay que saber que todo cae y síempre deja el recuerdo de aquel huco que nunca podremos llenar pero sí lo podemos recordar.