Reducido quedé de ser Amado Nervo a un pobre truhán y a un chapucero, que una vez quiso ser, y con esmero, en cuestiones de versos, doctorado. Hoy no puedo cantar. Estoy vedado. Ni me puedo reÃr, si soy sincero. Ya no sé ni siquiera lo que quiero y ando igual que un león desesperado. Una Amante mujer me ha despojado de su amor, de su luz y de su fuero, cuando apenas brillaba mi conquista... Y ella misma de loco me ha tildado. ¡Santo Dios! Ojalá y asà lo espero, no me tache también de comunista.Â
P. Heriberto Bravo Bravo SS.CC