He entendido que te quiero como a nada,
aunque quizás del modo equivocado,
pues hoy que estoy conciente que te he amado,
me falta el destellar de tu mirada.
Desearía no saber mi dulce amada,
lo mucho que me encuentro enamorado,
del palio de tu rostro sonrojado,
del toque de tu mano delicada.
Quisiera mi mirar no haber fijado,
en tu sonrisa grácil y soñada,
sonrisa que mis versos ha inspirado.
Pero es inútil ya mi dulce amada,
pues hoy sin más remedio me he quedado,
perdido en el fulgor de tu mirada. (1998)