Me conmueves. Rompes mis arrecifes con tu suspiro ahogado en llanto.
Tu pecho se inflama cuando el dolor lo acosa y yo sufro. Sufro por ti, por mi, por lo que perdimos, por lo que no tenemos.
Bebo tu lágrima asomada en tu destino. También guardo recuerdos, recuerdos
que con suprema magia se entrelazan a los tuyos y se hace un gigante dolor, el dolor de un adiós eterno.
!Te amo tanto amor mío! Somos lo que me escribiste en tu poema: "La combinación perfecta".
Somos el amor en la etapa tranquila de la vida, somos la verdad, soledades compartidas,
nuestras manos unidas para emprender un camino amplio, repleto de orquídeas.
Somos lo que Dios quiso, por esto y porque te amo,
deja que el dolor se expanda y tome vuelo. Déjalo llegar al cielo, allá donde la paz inunda los sentidos y el tiempo no cuenta lágrimas de angustia. Te amo.
Tu Ivette.