¡Cualquiera diría que está muerta!
Yace sobre su lecho inmóvil
serena respiración, casi invisible,
las manos sobe el pecho
y la mirada impasible.
Un dulce ángel con vida,
una dulce niña casi muerta,
la soledad sentada en su cama,
llantos de los que la cercan.
¡Cualquiera diría que está muerta!
Late un corazón sin prisa,
sueña quizás, quizás viva
en otro mundo, otro lugar
en el que no respira.
Perlas derraman sus ojos,
entreabre sus labios, habla
inútil intento de sentir
la angustia que desata.
¡Cualquiera diría que está muerta!
Soledad, impotencia,
amargo sabor de boca,
quisiera arrancarle a Dios
la muerte que ella invoca.
Manos de hielo, corazón caliente,
resucita y se aparta de su lecho
la muerte que impaciente
deja el corazón desecho.
¡Cualquiera diría que está muerta!
Como ladrón al hacecho,
le robé a Dios su vida,
gustoso me la entregó
y hoy por hoy, sigue viva.
Hace unos años, mi hermana mayor tuvo una depresión bastante fuerte de la que no quería o no podía salir. Tuvo un intento de suicidio. se tomó casi dos botes de pastillas, tranquilizantes, quedando dormida tres largos días con sus tres largas noches. Parecía un ángel dormido. Tumbada sobre su cama, con la tranquilidad de su sueño, me senté a su lado y comencé a escribir este poema. Cuando despertó, hablamos, me contó todo lo que se le habia pasado por la cabeza para cometer aquella locura y cuando se tranquilizó, pude leerle este poema. No sé qué sería de mí sin mi hermana. no somos hermanas gemelas, pero creo que si lo fuéramos, no estaríamos tan unidas como lo estamos. Gracias por llegar hasta aquí leyendo, para mí es muy importante, más que la votación, o las lecturas, hacer ver la angustia que desata en los familiares un problema que no se arregla como debiera, pudiendo acabar en un final trágico del que no hay marcha atrás. Gracias.