LIGIA Y URSUS
“Entonces Ursus desató rápidamente las cuerdas que ataban a Ligia, tomó a ésta en brazos y,mientras la levantaba, se le vio jadear” –¿Quo Vadis? Enrique Sienkiewicz
Exuberante el músculo desnudo,
ante mirada atónita se muestra,
pues decidido ante el combate rudo,
el fiel esclavo salta a la palestra.
Dispuesto a desnucar con mano diestra
al bóvido diabólico y cornudo,
que el depravado Emperador adiestra
por darle a la infeliz dolor agudo.
Dolidos con su angustia y con sus penas,
solidaria la gleba vitorea
la hazaña del gigante en las arenas,
y nace densa aclamación que sube,
cuando sucumbe el toro en la pelea,
como un chorro de luz hasta la nube.