Detrás de esa luna que sellara esta ocasión, la interminable suavidad de tu belleza una vez más se estremecía entre mis manos.
Saboreando la dulzura de tu boca, embriagado del deseo de tu lengua, murmuraste a mis sentidos el origen de la palabra "beso" y comprendí que el beso de tu boca es el volar de los ángeles, es el sonido de las piedras que arrastra el río, es el palpitar del corazón de mi universo, y así con tu mirada descendiendo por los increíbles valles de tu sonrisa, penetraste mis ojos, mi mente, mi razón.
Mis manos sobre la tersa mañana de tu piel, incendiando tu vientre con mis besos, en camino de tu sexo, ancho, abierto, dispuesto, entregado a mi boca, mi lengua, látigo encendido bebiendo de tu ser, la furia de tu belleza concentrada en tus erizados muslos, descubriendo el licor de tus entrañas, desplegando cada milímetro de tu intimidad, mi boca se abre paso entre tus mares de deseos, tus piernas al cielo como brazos triunfadores, y tú bélico descargo se hace eco de la guerrera intención de aprisionarme entre tus muslos.
Como gotas del aguacero del deseo, estallando entre mis besos, sentí el sabor de tu ser, profundo, atesorando cada instante de tus convulsivos movimientos, y te sentí tan mía, tan propia, tan pura, tan hermosa..........