Como Romeo y Julieta
esta historia quiero contar,
en un pueblo de Castilla
patria del gran caballero galán.
No sé si fuí tu Dulcínea,
en aquel momento lo parecía,
como caballero andante sin escudero,
de todos me protegías.
Tus padres los Capuleto,
a mí no me querían,
mi padre era zapatero remendón.
¿Qué ultraje a tu lInaje?.
Pero tú insistías día a día,
mil celdas escalastes
para ver a tú Julieta,
en la noche de chocolate.
De tanto repetir, besos, besos y más besos,
conseguiste penetrar el lugar
de la mujer más escondido y santo.
Y con murmullos del alma el momento gozaste.
Ya no eran amor sólo de besos, nos descubrieron, y me escondí,
todos los día lloraba,
tus palabras eran mentiras, tu corazón amargo.
Me encontré encerrada entre vergeles,pero no ví amapolas.Allí sólo había zapatos y escobas.
Al tiempo se me llevaron lejos ...muy lejos
ya sabes que en aquellos tiempos,
se tenía que ocultar lo que empezaba a asomar.
Y allí me quedé, con mi niño del alma.
Hijo de unos amores prohibidos y por tus padres
no deseados.
CARMINA. 8/7/2.007