Espero tu llamado en la plenitud de mi deseo
agudizando los sentidos, que plenos me rodean
y al pasar del tiempo solo escucho el imperio
de los quietos paisajes que tibios te esperan
Callado me debato entre sombras que permiten
un haz luz, penetrar en mis quimeras
soñando tu voz para que nadie me la quite
escuchándola suave, como aquella vez primera.
Inquieta la noche persiste en perseguirme
volcando su ira de pensamientos profanos,
y tu voz que no llega, persisto en herirme
curando en tus caricias, lo profundo de tus manos.
Impredecibles manantiales riegan mis perfumes
que son los tuyos, claros e incandescentes,
admirable mi alma, no quiere que te esfumes,
ni volatices Los embelesos de mis presentes.
Espero tu llamado para que tu voz profundice
Los eternos paisajes que nos rodean,
ellos entienden cuan mujer te hice
ellos perciben que mi cuerpo y mi vida...te desean.