Cuando la luz de la lámpara me alcance

Sueños honestos; la difusa sangre. Traspiés de oráculo.
Bezo en el aire pálido, costumbres de muertos.
Y tierra que se mancipa; a la medianoche entre brumas.
La piel permanece bajo la mística luna.
La muerte danza misteriosa, en un vapor embriagante,
Sobre la cresta de una afilada dentadura. El romerocrece 
Sobre la tumba, el lirio corre sobre la marea.
El sueño puede ser eterno; el despertar un sopor inconsciente,
El soplo de sangre invadiendo los tentáculos del corazón.
El aire descarnado, su estado moribundo enajenando,
Virutas de plata estallando, tachas inflamadas de agua bendita,
Abatiendo el camino de hechizo sobre la que bailan sombras.
Fantasmas ya soterrados,que nos velan a través del trémulo cristal.
Donde el alma durmiente yace oculta, bajo un manto de oscuridad,
En un lecho de capas aterciopeladas; no se escucha respirar.
El reposo con los ojos cerrados, mientras el pálido fantasma 
Pasa por mi lado. Lejos, en el bosque, las bisagras de su cripta se abran,
Y la noche quede pendientede unas palabras, de un correr sin fin 
Hasta el amanecer. Mientras en mi búsqueda, entre lo oscuro y viejo,
Conservo su recuerdo, extraño sus vestidos y besos,
Sus demoniacos colmillos penetrar en mi cuello,
Su eterna mirada fingir que me ama, conservo la daga que introduje en su pecho,
Las fotos de cuando aún era humana, las fotos vacías,después al estar fría.
¿Por qué no has vuelto sobre tus promesas aunque hayas muerto?
Con tu muerte, anuncias herederos a tu nombre. 
Cada noche visito tu lápida, burlando los pasos que me siguen, que crecen 
A mi alrededor, y estremezco con el ruidoso rugido de huesos 
Que deambulan por el cementerio, cuando las rosas vírgenes que te dejo 
Se vuelven marchitas por el miedo.
Me encantaría, si al despertar, no hubiese sido un sueño opresivo,
Si por la mañana te encontrara sin heridas, sin aspecto espectral.
Seguramente lloraría por ti, por tu muerte, sobre tu ataúd, y cantaría sobre tu tumba,
Como cuando, o donde sea, imaginando que tu edad comienza a ser un calvario,
Donde mis arrugas demuestran el paso de los años.
.Y entonces tu hechicera, embrujada mirada reclama mi cuerpo en muerte,
Antes de recibir preciado regalo; vivir juntos eternamente.
Vivir jóvenes y serpentear como una serpiente los siglos y las guerras,
Y brillar en la noche como un sol embajador, arrancar corazones y beber sangre 
Caliente cuando el hambre desangre nuestros corazones sirvientes.
Haya hollado las sombras, y espero las galeras del sol, navegar por el color 
De unos jardines a media tarde, bajo el embrujo de brujas,
Que hayan un lugar entre nosotros para enterrar el ocaso 
En la negra arena de muertos desvalijados del temor.
Y ahora te busco, busco esa cicatriz que desnude tu cuello,
La hoja de lirio mas oscura, el color perfecto, la ausencia de blanco y rojo,
Y labios tiernos, conservadores.
Busco en todas partes, los brillantes párpados, los muslos elásticos,
El olor de tu cabello austral. el fragmento de una balada,
Merodear bajo la luz caliente que resiste a las llagas. Te busco,
En muchas millas sobre el campo y el mar,
En la copa de los árboles, en el retumbar del viento,
En el lugar que aprisioné mis manos y la daga se introdujo,
Donde el corazón salvaje vence el odio y el dolor,
En aquel lugar que la bruma se convirtió en chimenea,
Y tu cuerpo en leña, donde sentí que el hechizo de tu eternidad,
No sostenía mas aliento, se quebraba, vivías siempre muerta.
La luz plateada de la luna llena los espacios, en medio de la noche.
Sin embargo, ignoro en que nido posas ahora, aunque te busque,
Tejo en mis sienes el olor de vino caliente; el ave roja de tu boca.
Y no puedo vivir en martirio, ser un vampiro más, que chupa de los pensamientos,
Y vence a la inmortalidad con el perfume de la sangre.
No puedo. No quiero vivir arrojando cuerpos al río, chupar la muerte a través 
De unos ojos que piden clemencia, sentir el umbral que se abre 
Y desgasta el satírico amor en la pálida copa de los reptiles.
El demonio no asiste a mis reuniones, y lo reclamo. 
Y soy, una serpiente entre brasas, que amordaza los húmedos labios,
En los que se viste la vida. Y ahora, seco todas las lágrimas,
Que antes me perseguían. Soy para quien no lo sepa,
El oponente que ridiculiza la especie humana, y bebe sus calvarios,
Para alimentar un recuerdo; a mi esposa fúnebre.
El amor y la fe jurada, se destruyen como una mala yerba.
En la casa entera reposa la calma durante el día, 
Por la noche es visitada con diligencia de huésped; visito el lecho,
Y le hablo a tu tumba, como cada noche. 
Estoy cansado de buscarte y la eternidad agoniza. Mañana,
Al caer los primeros rayos de luz, me sentaré mirando al infinito.
Cuando el resplandor de la lámpara me alcance,
Agonizaré con una sonrisa y con la calma de un sueño.
En ese momento te recordaré antes de vivir en tu muerte,
Y te perdonaré por querer que mi muerte fuera tu fuente de egoísmo.
Te perdonaré por querer una vida sin enfermedades 
Y descuidar las víctimas humanas, por ser invisible para el cielo,
Y para ese Dios en el que aún creo.
Cuando el resplandor de la lámpara me alcance,
Sobre la tierra, el sepulcro será exiliado; la sangre vino fresco,
El tallo de mi rostro se convertirá en trenzas de fuego,
Y solo quedará; tu vidriosa mirada helarse sobre el azul del cielo,
El color de tus mejillas como un destello,
Tu dorado cabello despeinado por el contacto de mis dedos.
Pero antes, sobre la tierra, como un vampiro enviado,
Mi cadáver del sepulcro será exiliado.