Asoma el otoño, y frente a mi casona,
se escucha un taconear acompasado
por el sonido que provoca el golpeteo
de un bastón blanco.
Es el que emiten los pasos de esa damisela
que cruza cotidianamente rumbo a su tarea.
Pauta de lucha, grandeza y trasgo
llegó invidente al mundo.
Admirable, de esencia pragmática, idealista,
no cegó su esfuerzo, para superar su enigma.
Estudió, se graduó
y ejerce una tarea trascendental.
Conoce con su sentido iluminado
el trayecto exacto, desde su hogar lejano
hacia el lugar de su destino
donde cumple su función.
Encarna albedrío y empuje inviolable.
por salvaguardar su identidad.
Admirada por la sociedad,
muestra a diario su esbeltez y belleza.
Digna de fascinación,
para quienes denotan abatimientos,
vaya para ella mi enorme admiración
de este modelo de vigor,
que pocas veces reverenciamos,
el esfuerzo y el valor
de los seres que llevan la cruz
de exiguos ojos sin luz. Mecha Foderé