Dulce muchachita de mirada inquieta
recostada en el sueño de un amor lejano.
Mi verbo se pierde en el espesor de tu cabello
depositando un te amo expresado al tacto,
mis versos trascienden al sonido y te buscan
anhelando el refugio de tu pecho enamorado.
Soy dueño del viento, de la nube y de tu alma,
cabalgo incesante dominando al tiempo
a lomos de mi fantasía, fecunda y sincera,
buscando parajes donde reposar contigo,
besarte en la noche, amarte hasta el alba.
Estoy en tus sueños cuando estás dormida,
me leo en tus ojos cuando te levantas,
tu vista perdida en el horizonte, inmóvil,
me busca a lo lejos, allá en la distancia.
Yo estoy en el llanto que escapa ligero,
soy el rayo de luz que ilumina tu cara,
soy ese árbol que proyecta su sombra
y cobija tu pena en la madrugada.
Ya llegó el momento de estar a tu lado
no llores, amor, los versos se acaban,
te diré al oido las dulces palabras
que desde hace tiempo habías anhelado.
Mi dulce muchachita de mirada inquieta
recostada en el sueño de un amor logrado