¿Puede el poeta reestructurar una obra?
Sin tocar el espíritu de quién la ha creado,
Pequeñez hipócrita al querer crear una estrofa,
Inventada con palabras que no salen.
Del ánfora de la inspiración nata.
¡¡Cuando dice muerto esta muerto!!
¡¡Cuando dice vivo esta vivo!!
Pero.
¿Qué hay cuando dice?
¡¡Quiero morir!!
Sólo un pedido de auxilio.
Por que sus palabras se enclaustraron,
Y a nadie las dijo.
Los silencios y las sombras,
De su autista mundo,
Le quebraron el espíritu.
Y ya no dice muerto,
Porque aunque esté muerto, se sabe vivo.
Y ya no dice vivo,
Porque no se vive, sabiéndose muerto.
Solo resta decir.
Por quien muero. ¿Vale la pena?
Por quien vivo. ¿Vale mi sufrir?
Agónica duda del existir.
¡¡Quiero morir!!
A irme.
Para amarte en mis sueños