CANTINA DE JINOTEGA

En el peor lugar del mundo
Se encuentra un vagabundo
Pidiendo a los demás infelices
Le brinden un trago de ron
De guarón
De lijón
De alcohol
De perfume
O de solvente
Así lo dice el pobre demente
Pues su ansia es urgente
Necesito dice:
Cualquier cosa
Lo que sea
Denme, por favor un trago
Necesito tomar y caer muerto
Es lo que siempre hago
Es verdad, es cierto
El hígado destrozarlo
Junto a él
Se encuentran, dos filósofos
Del guarapo
Que analizan la porfía
La falta de hidalguía
De aquel triste beodo
Preguntándose entre ambos
Cuál será la congoja
Que enloquece
A aquel espanto
Para que revuelque tanto
Su dignidad en la bazofia
Seguro un mal de amores
Si, muy posible un desengaño
¿Será la vida de ermitaño?
¿O talvez algún agravio?
¿O será que es un sabio?
Que de esta forma preconiza
La falacia de esta vida
Tan breve y huidiza
Se preguntan los doctores
Se acerca el adefesio
Que inspira repugnancia
Por la fétida fragancia
A vómito y estiércol
Comienza a suplicar
A estos dos letrados
Le obsequien de inmediato
El peor de los tragos
Para saciar
Su sed
De muerte
Así acceden los doctores
A brindar con el beodo
A pesar de los humores
A sangre, pus y lodo
Por curiosidad inminente
El más apurado
Pregunta intrigado
Diga, gentil caballero
Cuáles son sus cuitas
Cuál es la verdad marchita
Que lo entristece
Porque, de ese modo toma
¿Acaso, la falta de amor?
¿o fue, el revés de la fortuna?
¿La posición de la luna?
o
¿algún inmenso dolor?
Aquella piltrafa humana
Los mira dubitativo
Y con voz temblorosa
Mas un sopor maligno
Responde con voz rasposa
¿Me preguntan el motivo?
¿Por qué he consumido mi vida?
¿Por qué abandoné a mi familia?
¿Por qué duermo en el fango?
¿Por qué?
¡Ya lo olvidé!
Tan bajo había caído
Y es que el licor
Nunca tiene sentido