Señor... Oh Señor mío, estate conmigo
no quiero conocer la soledad,
no dejes que el demonio, me intente atrapar
no dejes que mi vida, se pueda marchitar
no dejes que la noche, me haga a mí pecar
sabiendo que el demonio se goza en libertad
porque él en mí ha querido, posar su gran maldad
se que en mis tristezas, me quiere demostrar
que puedo yo encontrar, en él felicidad
pero se que yo te llevo y te puedo demostrar
que el demonio ha querido, que yo vuelva a pecar
pero me resisto yo en la vida, ha quererlo aceptar
por lo malo que ha sido, de invitarnos a pecar
se que es un astuto y te quiere a tí culpar
de las cosas que nos pasan en la tierra al caminar
yo he venido con mi vida, tropezando sin cesar
pero en mí ha crecido el tiempo y mi fe al despertar
por lo cual, yo he seguido esa sobra que me das
y al demonio no le gusta que la pueda disfrutar
por lo cual yo ahora te pido, que me puedas escuchar
y me estreches en tus brazos, y me puedas tu salvar.