¿Cuándo pudiste parar?

Cuando por primera vez te escribió.

Cuando se te insinuó con alguna mirada.

Cuando se te acercó para hablarte de deseo y amor.

Es acá, donde pudiste pensar en ti y en tus padres.

Era acá, donde pudiste pensar en tus hijas.

¿Cuándo pudiste parar?

Cuando te citó a verse en algún lugar clandestino.

Cuando te tocó las manos y te abrazó.

Cuando de repente y sin mediar palabra te besó.

Cuando empezó a acariciar con deseo tu cuerpo.

Es acá, donde pudiste pensar en que, tenías marido.

Era acá, donde pudiste pensar en tu hogar ya construido.

¿Cuándo pudiste parar?

Cuando permitiste explorar tu desnudez, sello del matrimonio.

Cuando tu conciencia te dijo, “cuida tu integridad mujer”.

Cuando todo eso en un instante pasó, pudiste parar.

¿Por qué no quisiste parar, y elegiste ser desleal?, no lo sé.

¿Cuándo pudiste parar?

Cuando después del acto llegaste a tu casa con nuevas emociones.

Cuando quizás observaste a tus hijas en cama durmiendo.

Cuando a distancia le escribías la palabra “amor” a tu esposo.

Cuando por algún momento te habrá llegado el remordimiento.

Es acá, donde pudiste pensar y no aceptar esa cruda realidad.

Era acá, donde pudiste aceptar tu error y enfrentar la verdad.

No hay otra explicación alguna para repetir y continuar,

solo una que atrapa las emociones… desear, querer o amar.

Esa respuesta al final, con la carga de conciencia

 y mi inquietud de investigar, me la pudiste dar.

¿Cuándo pudiste parar?

Cuando quizás todo se descubrió.

Cuando miras que todo se destruyó.

Cuando no hay más familia y hogar.

¿Será entonces que decidiste parar?