Insinuada democracia

Parto desde el principio en bahías y valles enarenados,
rezo paciente a un Dios por los que nunca han implorados.
Están bajo las bastardas espadas, de insinuada democracia,
silente siguen adelante mordido por su propia desgracia.
Las tasaciones del tiempo, la elucubración de la nada lloro,
acaso tarda la realidad, entonces me niega lo que imploro.
Decidí mi participación en los bandos de los liberales
y satisfacer sus demandas sin sombra de los cañaverales.
Para ellos quiero noche clara cual farola de vapor de sodio,
sin tormento de penumbra hacinada por tristeza ni el odio.
Mi memoria llevo cual trajes del desposeído de la gloria,
el que no miente casi siempre asegura abrumadora victoria.
Se resquebraja toda cooperación, a necesidades son ciegos
esperar calma de tempestad es; la auguración de los labriegos.
Autor: Alcibíades Noceda Medina