Bienvenido

¡Bienvenido al mundo
mi queridísimo ahijado!
Al fin sales de mis sueños
para convertirte en realidad
gracias por haberme acompañado
y con tan grata compañía
a lo largo de estos últimos meses
sinceramente, ha sido un placer
encantada.
¿Eres como te he soñado?
Pronto voy a comprobarlo.
Mi queridísimo Miguel
Dios quiera, que por donde pases
siembres felicidad.
¡Que sepas hacer felices a tus padres,
que tanto han luchado para que hoy existas!
¡Ojalá consigas ser un buen hijo!
Eso lo intentamos todos
aunque pocas veces lo logramos
ojalá, tú, sepas hacerlo.
Eres afortunado
por tener una madre maravillosa
vas a ocupar un espacio en ella
que nada, ni nadie, podría llenar.
Eres afortunado
por tener un padre estupendo
¡fíjate en los muñequitos
que con tanta antelación, ha puesto
para decorar tu habitación!
Sé que te gustarán
al verlos yo, me he enternecido.
En fin, te deseo lo mejor del mundo.
Con el paso de los años
intenta ser una buena persona,
aprende a hacer felices
a los que te rodeamos.
Inúndanos a todos de paz y armonía
que tengas suerte en esta vida
Miguel, ya no puedo pedirle más a Dios
porque si mis deseos se cumplen
no se podrá ya pedir más.
¡Que seas muy feliz!
¡Que tengas buena salud!
Y que vivas en paz.
Te dedico esta poesía
dictada por mi corazón
pronto llegará el día
que la comprendas realmente.
(Dedicada a Miguel, mi ahijado,he soñado a diario con él, desde el primer día que me comunicaron sus padres su futura descendencia). Ya ha nacido y es el alegría de toda la familia.