Tú, hijo eres mi huella,
Tallada con amor y ternura
En la vasta etapa de mi edad madura,
Alumbraste mi mundo cual naciente estrella.
Capullo que brotó en la primavera,
Lucero que ilumino mi oscura vida
Eras la ilusión ya casi perdida,
Eres y serás un rayito del sol en la sementera.
Indefenso llegaste al mundo,
Criaturita inocente y tierna
Arrullado por tu madre a la luz de una linterna,
Despertaste en mí un amor profundo.
El horizonte de la vida se extiende ante tus ojitos,
Y eleva tu sonrisa hasta lo más alto del cielo
Devolviendo a mi corazón ese dulce anhelo,
De protegerte por siempre mi angelito.
Con tus alas de fantasía,
Te elevas hacia el infinito
Aunque hoy seas un bebecito,
Adulto serás algún día.
Hoy traje para ti un regalito,
Que compre en las tiendas de la eternidad
Es este lindo cofrecito,
En el que guardé para ti, las llaves de la felicidad.