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Categoría: Mensajes de Paz

la certeza de La fe

Es, pues, la fe la certeza de lo
que se espera, la convicción de
lo que no se ve.
Porque por ella alcanzamos
buen testimonio de los antiguos.
Por la fe entendemos haber sido
constituido el universo por la palabra
de Dios, de modo que lo que se ve
fue hecho de lo que no se veía.
Por la fe Abel ofreció a Dios más
excelente sacrificio que Caín, por lo
cual alcanzó testimonio de que era
justo, dando Dios testimonio de sus
ofrendas; y muerto, aún habla por ella.
Por la fe Enoc fue traspuesto para
no ver muerte, y no fue hallado,
porque lo traspuso Dios; y antes que
fuese traspuesto, tuvo testimonio
de haber agradado a Dios.
Pero sin fe es imposible agradar a
Dios; porque es necesario que el que
se acerca a Dios crea que le hay, y que
es galardonador de los que le buscan.
Por la fe Noé, cuando fue advertido
por Dios acerca de cosas que aún no
se veían, con temor preparó el arca
en que su casa salvase; y por esa
fe condenó al mundo, y fue hecho
heredero de la justicia que viene por la fe.
Por la fe Abraham, siendo llamado,
obedeció para salir al lugar que
había de recibir como herencia;
y salió sin saber donde iba.
Por la fe habitó como extranjero
en la tierra prometida como en tierra
ajena, morando en tiendas con Isaac
y Jacob, coherederos de la misma
promesa; porque esperaba la ciudad
que tiene fundamentos, cuyo
arquitecto y constructor es Dios.
Por la fe también la misma Sara,
siendo estéril, recibió fuerza para
concebir; y dio a luz aun fuera del
tiempo de la edad, porque creyó que
era fiel quien lo había prometido.
Por lo cual también, de uno, y ése
ya casi muerto, salieron como las
estrellas del cielo en multitud, y
como la arena, innumerable que
está a la orilla del mar.
Conforme a la fe murieron todos
éstos sin haber recibido lo prometido,
sino mirándolo de lejos, y creyéndolo,
y saludándolo, y confesando que eran
extranjeros y peregrinos sobre la tierra.
Porque los que esto dicen, claramente
dan a entender que buscan una patria;
pues si hubiesen estado pensando
en aquella de donde salieron
ciertamente tenían tiempo de volver.
Pero anhelaban una mejor, esto es,
celestial; por lo cual Dios no se
avergüenza de llamarse Dios de ellos;
porque les ha preparado una ciudad.
Por la fe Abraham, cuando fue
probado, ofreció a Isaac; y el
que había recibido la promesa ofrecía
a su unigénito, habiéndole dicho: En
Isaac te será llamada descendencia;
pensando que Dios es poderoso para
levantar aun de entre los muertos,
de donde, en sentido figurado
también le volvió a recibir.
Por la fe bendijo Isaac a Jacob y
a Esaú respecto a cosas venideras.
Por la fe Jacob, al morir, bendijo
a cada uno de los hijos de José,
y adoró apoyando sobre el
extremo de su bordón.
Por la fe José, al morir, mencionó
la salida de los hijos de Israel, y dio
mandamiento acerca de sus huesos.
Por la fe Moisés, cuando nació,
fue escondido por sus padres por tres
meses, porque le vieron niño hermoso,
y no temieron el decreto del rey.
Por la fe Moisés, hecho ya grande,
rehusó llamarse hijo de la hija
de Faraón, escogiendo antes ser
maltratado con el pueblo de Dios,
que gozar de los deleites temporales
del pecado, teniendo por mayores
riquezas el vituperio de Cristo
que los tesoros de los egipcios;
porque tenía puesta la mirada
en el galardón.
Por la fe dejó a Egipto, no temiendo
la ira del rey; porque se sostuvo
como viendo al invisible.
Por la fe celebró la pascua y la
aspersión de la sangre, para que el que
destruía a los primogénitos
no los tocara a ellos.
Por la fe pasaron el Mar Rojo
como por tierra seca; e intentando los
egipcios hacer lo mismo, fueron ahogados.
Por la fe cayeron los muros de
Jericó después de rodearlos siete días.
Por la fe Rahab la ramera no pereció
juntamente con los desobedientes,
habiendo recibido a los espías en paz.
¿Y qué más digo? Porque el tiempo
me faltaría contando de Gedeón,
de Barac, de Sansón, de Jefté, de
David, así como de Samuel y de
los profetas; que por fe conquistaron
reinos, hicieron justicia, alcanzaron
promesas, taparon bocas de leones,
apagaron fuegos impetuosos, evitaron
filo de espada, sacaron fuerzas de
debilidad, se hicieron fuertes en
batallas, pusieron en fuga
ejércitos extranjeros.
Las mujeres recibieron sus muertos
mediante resurrección; mas otros
fueron atormentados, no aceptando
el rescate, a fin de obtener
mejor resurrección.
Otros experimentaron vituperios y azotes,
y a más de esto prisiones y cárceles.
Fueron apedreados, aserrados,
puestos a prueba, muertos a filo de
espada; anduvieron de áca para alla
cubiertos de pieles de ovejas y de
cabras, pobres, angustiados, maltratados;
de los cuales el mundo no era digno;
errando en los desiertos, por los
montes, por las cuevas y por
las cavernas de la tierra.
Y todos éstos, aunque alcanzaron
buen testimonio mediante la fe,
no recibieron lo prometido;
proveyendo Dios alguna cosa mejor
para nosotros, para que no fuesen
ellos perfeccionados aparte de nosotros.
Datos del Poema
  • Media: 5.82
  • Votos: 112
  • Envios: 1
  • Lecturas: 1,816
  • Valoración:
Datos del Autor
Nombre: romeoxjulieta
País: EspañaSexo: Masculino
Fecha de alta: 05 de Enero de 2010
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