A Gerardito
Dadme tiempo, Dios mío en la vida
de escribirle a mi hijo hacerle feliz
para darle la dicha querida
que hoy en día me hace infeliz
Sin saber a su lado, pase nueve años
sin contar los días, de una gran misión
pero me acercó en cuerpo y alma
a estos niños hermanos, que el mismo escogió
A este hogar que Gerardo escogió
con su muerte su sangre y su vida entregó
para que nunca jamás de hoy en día
su padre se olvide, que este santo, así lo pidió
Desde el cielo hoy en día está obrando
y me pone en mis manos, su tierno ideal
para enviarle al hogar San Cristóbal
la comida bendita, que el prometió