Viviendo en la oscuridad
pude notar la luz de tu llegada,
y con la fragilidad de tu voz
pudiste salvarme,
evitaste que me secara en melancolías.
Curado por tu humildad,
y yo idiota por el deseo,
idiota de presumir…
nunca espere alguien como tu,
cambiaste los bocetos que me describían
cambiaste mi nombre desilusión.
Temo enamorarme de ti…
no pretendo jugar contigo,
solo me basta la melodía del asiento trasero del coche.
La cofradía me lo ha dicho mil veces,
entra en razón, antes que lleguen los llantos,
pero a media noche mirando las estrellas
te espero hasta los amaneceres.
Inquieto…
busco la respuesta a mis sentimientos,
pero encuentro las miradas que me hablan cuando cayas,
el sabor del alma que bebo de tus besos,
solo acentúa el miedo,
me entrego al tirano deseo.
En el vuelo de mi vida
no te puedo dejar de querer
no me faltes nunca…
aunque siga navegando en el vacío.-