Sentí la arena caliente en mis pies,
el aire de la noche refrescaba mi rostro,
busqué la quietud en el atardecer,
en los ecos del océano,
quería huir de mi tristeza,
y allí pensativa,
junto a ese inmenso mar,
bajo el inmenso cielo, ´
amé el aire que cariñoso me besaba.
Soñaba mi sueño de amor,
te ví aparecer en el horizonte,
desde allá tu me mirabas,
y sobre el mar, te besé con las olas,
¡Oh inmenso mar!
mar que nos unió en un beso,
beso de amor y de ternura,
que selló mis ansias infinitas de besarte.
Allí tu y yo, juntos
más allá del mar,
danzando bajo el firmamento,
con la música triunfante de las olas,
nos amamos,
con la complicidad de la radiante luna,
y el fulgor frenético de las estrellas.
-Lych-