Sé de tus grandes amores. Que importa
si te acuesta hasta con el sol presumido,
siendo tan hermosa, no estoy sorprendido,
es mas, tu experiencia me reconforta.
En el ocaso del sol, si pudiera despeinarte
y, con travesura dejar tu nido enmarañado,
después de la furia del amor desenfrenado.
También observarte, como Dios ha de verte.
En nuestra vida debe triunfar el amor,
dejando de lado mitología adsurdas e inútiles,
que dificulta los gozos más sutiles.
Cada entrega es pasión y esplendor
en cuerpo presente, sin divergencia
de ninguno de los dos, (sin urgencia).