Mi cuerpo se siente orgulloso,
y mi mente se siente calmada,
de poder estar en total reposo,
y de poder hacerte sentir amada.
Sólo deseo entregarte la felicidad,
que tú siempre has anhelado,
así tendrás la eterna seguridad,
de que yo siempre estaré a tu lado.
No volverás a tener necesidad de respirar,
porque te bastará con el oxígeno mío,
y si algún día mi cuerpo no te lo puede dar,
mediante mis sanos sentimientos te lo envío.
Los dos pisaremos el mismo camino,
y de tus alegrías se alimentará mi sonrisa,
tus ojos serán la energía de mi destino,
y tu aliento será más fresco que la brisa.
Debes de entender que de mi alma serás parte,
tienes que comprender que tu piel cubre mi cuerpo,
debes de entender que soy el que desea amarte,
tienes que comprender que sin ti me siento muerto.
EFRAIN TRINIDAD RODRIGUEZ
Morovis, Puerto Rico
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