Pude amarlo, bajo la luz de la luna
y en la noche oscura entre tinieblas pude amarlo,
pude, pues nadie nos oía, nadie nos miraba.
Pare un instante, pose mi atención sobre su rostro,
y tal instante fue tan corto, que volví a mirar hacia sus ojos.
Algo dentro tembló, y nació en mi el miedo,
como el miedo que siente una niña sola y triste,
puede amarlo y no lo hice y a pesar de arrepentirme,
volvería a escapar si hoy fuera aquella noche,
volvería a mirar sus ojos relumbrantes,
a susurrarle los te quieros, el lo siento,
y volvería a arrepentirme de ser tan cobarde