Siempre he visto al hombre poeta
soniador, caballero, romantico,
en su pluma la bella saeta
de un Cupido risuenio y simpatico.
He soniado al poeta perfecto,
buen amigo, buen hombre, un hermano,
el que nunca posee un defecto,
porque como poeta, es humano.
He quedado asombrada y confusa
al leer de poetas agravios
que profieren con tan baja musa
a poetisas que cierran sus labios.
Para ser un poeta, primero,
hay que ser ante todo un senior
a la dama decirle: Te quiero,
sin burdeces que causan dolor.
El poeta es la imagen perfecta
que en el alma tiene una mujer,
no un pepele que insulta e infecta
la poesia, queriendo ofender.