Cómo empezar...

¿Cómo empezar
Esta poesía?
Sé lo que siento,
Pero no encuentro el comienzo
Para narrar estas esperanzas…
Estaba yo en el sitio,
Aquél del que no tenía recuerdo,
Y dando un paseo con sigilo
Me encuentro un río riendo…
Estaba solo, mas no tenía miedo.
Aquél lugar era inhóspito
Pero yo me sentía lleno.
Paré de dar zancadas,
Y esperé a escuchar el viento…
Cerré lo ojos cual ciego,
Y apoyé mis piernas en el suelo.
Me encontraba en un hueco,
Lleno de plantas y de estruendos,
Y desde allí podía divisar
Las perlas bajo el riachuelo.
El agua, tan clara como rabiosa,
Baja sin prisa pero sin pausa,
Y mis ojos radiantes como estandartes,
Observaban su furia aguerrida.
Estaba feliz, no había dudas,
Y mi mente, despierta, pensaba sin amarguras…
En esta situación
Me acordé de Andrea,
Y sin pensar más allá
Me dispuse a pedirla
Que me hiciera un favor
Como cualquiera de mis amigas…
Esto me demostró
Que la vida da muchas vueltas,
Y que mi relación con esta princesa
No pasaba de una amistad muy sincera
Y ese algo más que te da
El haberla amado con tanta viveza…
Pero se acabaron los tiempos de amores,
Los tiempos de amores imposibles,
Porque por mucho que la quisiera
No demostré merecerla
Por mi poca relación con ella
Desde el mismo instante que sintiera
Amor por aquella belleza.
Ahora mi corazón no es sólo de ella,
Sino que pertenece a tantas buenas amigas
Por las que no necesito tanta valía
Para conseguir un poquito de su grandiosa compañía.
Porque el amor no conoce de prisas,
Sólo conoce la pasión
Que siente un chico por una chica;
El deseo de amarla hasta los límites de la vida
Y el sufrimiento,
Sí también esto,
Que provoca el rechazo de la Maravilla.