Te he amado con locura desmedida,
carente de razón y de elocuencia,
poniendo entre tus manos mi existencia,
y toda mi esperanza concebida.
No hay hora, ni un momento de mi vida,
en que no estés presente en mi conciencia,
e incluso, hasta mis flores, en su esencia,
se impregnan de tu esencia bendecida.
Mis ojos solo ven con tu mirada,
y en todo lo que soy estás presente,
al grado que sin ti, me vuelvo nada.
De modo, que si acaso me muriera,
dichoso y sin pesares, yo partiera,
tan solo para amarte eternamente a Wendy (1999)