Esta incertidumbre que vivo,
esta nostalgia incierta inscrita en el olvido,
esta tormenta desatada, hace daño a mis huesos,
pasando suave, sigiloso por mi torrente.
¿Cómo olvidar el tiempo y sus rincones?,
el sueño de mis mejores días,
hoy navegan en sombras imborrables,
llevándome a la soledad llena de pena,
sin motivos, sin razones,
triunfante en batallas ya perdidas,
refrescándose en manantiales sin agua.
Aún tiembla en el cuerpo,
esa caricia en las venas,
arrebatando los recuerdos, el viento,
escritos en la piel, está a la mía.
¿Cómo haré con la soledad de mis fantasmas?,
Rayuelos fugaces que en noche oscura,
cálidos como el sol, deslumbra,
en la aureola de la luna, en la penumbra
incandescente, con la quietud, encumbra
la estela de sus olas, derramadas una a una,
secándome las lágrimas,
desviviéndome,
causando mil desastres,
consecuencia del olvido, huracanes,
para dejar a lo lejos, una estela ardiendo.
Derritiendo este calor en frío.