Para qué tanta luz que te ilumine, si tú corazón es oscuro,
para qué tanta alegría y bondad, si tú alma está triste,
para qué la mar en calma, si la embraveces con tú ira,
no mires hacia otro lado, que la vida también eres tú…
Alas rotas, intentó volar el alma y se cayó,
entre nubes viajeras, vencido y sin fuerzas,
buscando un cielo lleno de corazones solitarios,
el alma se cayó, y ya nunca remonto el vuelo…
Me asombro de la grandeza del amor, hacemos invisible a nuestra alma en la tristeza,
la veneramos y ensalzamos ante las alegrías,
y con el sufrimiento, se agranda como las alas de un águila en su vuelo…
No hay tormento mayor que las pasiones del amor,
los entusiasmos, las furias, las atracciones fatales,
las diferencias, la frialdad, apatías y desengaños,
los celos, la mentira…y los besos traicioneros…
24-09-2009 J.M.P.Poeta