Cubren las sombras, alcobas de soledad y silencios,
hastíos del sinsabor compartido con el tiempo,
Sueños agolpados en la mente, la mente se niega al sueño.
Corazones agitados impacientes por su dueño.
Pensamientos mezclados entre almohadas y cielo
rebosantes en estrellas y de cada estrella un celo,
emanan del corazón como el agua de los
hielos.
Se van en sabanas blancas, arrugadas de despecho,
marcadas de entretiempos;
ilusiones truncas, abarrotadas de miedo,
ideas de otros amores revolcadas de misterios.
Miedo que se agiganta con el pasar del tiempo
envistiendo en tempestades alentadas por el viento.
La curiosidad invade el corazón en hielo
permaneciendo callada para escucharse el aliento.
Edgardo Ruiz Beldarrain