El comienzo de una eterna vida,
es lo más que deseo encontrar,
el final de la pasada adolorida,
a la cual me tuve que enfrentar.
Sólo dolor y sufrimiento abundaba,
sólo amargura y desesperación,
la pena a mi vida inundaba,
y lograba tenerla en depresión.
Luché contra el destino arduamente,
y me sentí derrotado por completo,
hasta que algo hermoso entró a mi mente,
hasta que sentí el alma de amor repleto.
Fue la llegada de Dios a mi vida,
que es lo más grande que he conseguido,
fue el final de mi penosa herida,
es el amor más hermoso que he tenido.
EFRAIN TRINIDAD RODRIGUEZ
Morovis, Puerto Rico
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