Allí en el ático del recuerdo,
donde guardé mis atesorados momentos,
escondido debajo del tiempo,
encontré mi corazón polvoriento.
Está sucio, lleno de rotos,
ha sufrido, pobre tonto.
Desangrado, débil, desconsolado,
prefirió morir por estar a tu lado.
Cansado de sus alaridos,
no me escuchaba, ni a gritos.
Sin compasión me lo arranque,
con mis manos, fuerte lo asfixie.
Desde ese día en Diciembre, cuando marchaste sin detenerte,
no paraba de llamarte,
su dolor era tan fuerte,
que nubló mi alma,
enveneno mi mente.
Han pasado tantos años,
seguro tu recuerdo ha borrado.
Por fin puedo colocarlo,
en mi pecho vacio, desolado.
Inerte y arrugado,
en su lugar ha quedado.
Todavía susurra tu nombre,
se acuerda de tu dulce rose.
Tonto Corazón que ha pasado?
Por que la sigues llamando?
Responde moribundo, agotado,
“Su recuerdo me ha mantenido vivo,
yo jamás la he olvidado”