Cada mañana renuevo las flores
del jarrón. Expongo antes tu imagen.
Tu imagen y las flores, se convergen,
donde alego tu presencia con clamores.
Te miro con adoración, tambíen con tristeza.
Quiero que un ángel me diga cuando,
y si algún día podré verte. Es hondo
esta pasión, en mi corazón se agudiza.
Te quiero en la promesa segura,
en mi tiempo entero, sin vanos sueños,
por verte feliz viviré, y será mis empeños,
y olvidar esta distancia que tortura.
Ahora vivo pensando en tus carisias,
soñando en nuestra noche de nupcias.