Mi Santa.

Dios me la dió, lo más bello lo más hermoso pura como el color blanco buena como una santa su corazón virgen como el cielo, asi era la mujer que fue todo mi tormento. La quise como a la vida con su alma muy dulce llena de ternura era una mujer bella que ante otros ojos quizás no lo parecía pero para mi era una belleza, una escultura. Nunca me dijo nada que ofendiera mi hombría solo lloraba callada cuando sin querer una mentira piadosa de mi sucia boca salía pero ella como amante muy bien que me defendía y me entendía. Su amor no tenia limites su entrega suave y sencilla pero se dejaba querer y eso a mi me enloquecía. Era casi santa conforme y sin pedir nada pero yo la amaba tanto que hasta mi sangre le daba. Una tarde camino a la iglesia y yo sin poder acompañarla dos monstruos de la maldad la violaron sin piedad y le quitaron la vida a aquella que no tenía maldad que reía cuando tenía que llorar y que se ponía roja cuando me tenía que amar. Era pura mi mujer cuanto la llegue a querer espero con ansias locas mi último atardecer para juntarme con ella porque nunca me fue infiel. Pero esos malditos que me quitaron lo que Dios me regaló lo más bonito, lo mejor me dejaron caminando sin rumbo, llorando como un bebé cuando su foto yo miro, juro por lo infinito qué me convertiré en asesino y me beberé su sangre porque los tengo que ver antes de qué Dios me llame.